Enseñando a tu cachorro de Cane Corso a hacer pipí fuera de casa
Cuando llega un cachorro a casa, llega la alegría y la felicidad pero también se crea un pequeño caos a consecuencia de que el cachorro todavía no puede controlar sus esfínteres y nos encontramos charquitos por toda la casa.
Para enseñar a nuestro cachorro de Cane Corso a que haga sus necesidades fuera del hogar hay que tener paciencia y no desesperar, ya que este proceso requiere un aprendizaje y cierta madurez para que nuestro cachorro lo pueda controlar. Antes de lo que imaginas tu cachorro lo aprenderá.
Ten presente que el hecho de que a nuestro cachorro haga el pipí en casa no es una gamberrada, solamente significa que todavía no lo ha asimilado y está en proceso de aprender a controlarse.
Resulta más fácil darse cuenta de cuándo nuestro cachorro va a hacer caca que cuándo necesita hacer pipí.
Cuando el pequeño Cane Corso necesita vaciar sus intestinos empieza a dar pequeños saltitos y a girar haciendo pequeños círculos, ya que siente un repentino movimiento intestinal. Esta es una sensación, para nuestro cachorro, es mucho más intensa que la que tiene para hacer pipí. Un cachorro de Cane Corso de ocho semanas no se da cuenta de que necesita vaciar su vejiga y cuando, de repente, tiene la sensación, no puede esperar a salir a la calle. Por este motivo, el cachorro controlará antes sus intestinos que su vejiga.
Una vez que ya estamos entrenando a nuestro cachorro y vemos que nuestro cachorro sigue haciendo pipí en casa y no lo hace cuando sale a la calle a pasear, nos debemos preguntar qué le está pasando a nuestro cachorro y las razones podrían ser varias: Bien porque esté saliendo solo y necesite de nuestra compañía para sentirse bien y cómodo y todo el tiempo que está fuera de casa no haga más que intentar volver a entrar. Entonces saldremos con él y le daremos todo el tiempo que necesite para que pueda hacer sus necesidades.
En casa, tendremos la precaución de alejar al cachorro de superficies blandas como alfombras, ya que son su sitio favorito para hacer pipí, y además se queda el olor impregnado y eso hace que el cachorro vuelva una y otra vez al mismo sitio para orinar. Es a partir de las diez semanas de vida de nuestro cachorro puede aguantar más tiempo entre pipí y pipí, estando despiertos.
A veces tampoco quieren hacer sus necesidades fuera de casa cuando la climatología es desfavorable y no se quieren enfriar o mojarse con la lluvia. Lo que haremos será acompañarle y estar junto a él para que no tema al mal tiempo y entienda que, a pesar de la condición climatológica, todo está bien. Si vemos que tarda mucho en hacer su pipí, le cogeremos en brazos acurrucándole para darle un poquito de calor y le volveremos a dejar en el suelo.
Con un poco de paciencia, este proceso te resultará más fácil y rápido de lo que al principio podría parecer. Tienes que comprar un cane corso.