El entrenamiento de perros es una responsabilidad que recae directamente sobre los propietarios. A menudo, los problemas de comportamiento en los perros son atribuidos injustamente a los animales, cuando en realidad la raíz del problema suele estar en la falta de preparación, conocimiento o compromiso del dueño. La siguiente historia ilustra perfectamente esta situación y nos lleva a reflexionar sobre la importancia de educar tanto a los perros como a sus dueños.


Durante un paseo habitual con mi Cane Corso, un perro grande y poderoso que requiere una supervisión y entrenamiento adecuados, me encontré con una situación preocupante. Me crucé con una mujer que, a duras penas, lograba controlar a su perro. Mientras yo caminaba con mi perro, usando su bozal como siempre, noté que el perro de la mujer estaba suelto. Al darse cuenta de nuestra presencia, trató de sujetarlo, pero el perro no respondía a sus comandos. El animal estaba completamente incontrolable.

Al acercarme un poco más, manteniendo siempre una distancia segura de unos cuatro metros, el perro comenzó a alborotarse. La mujer, visiblemente agobiada, se disculpó repetidamente, diciendo: “Perdona, perdona, es que mi perro es un diablo, es súper malo, es lo peor”. Esta frase, lamentablemente, es más común de lo que debería ser.

¿Es Normal que un Perro Sea Incontrolable?

La primera pregunta que surge en situaciones como esta es si realmente es normal que un perro sea incontrolable. La respuesta es clara: no, no lo es. Los perros no nacen sabiendo cómo comportarse en un entorno humano, pero tampoco nacen “malos”. El comportamiento de un perro es el resultado directo de su entorno, socialización y, sobre todo, de su entrenamiento.

Los dueños son quienes deben guiar a sus perros, enseñarles cómo comportarse y establecer límites claros. Si un perro es incontrolable, es un reflejo de la falta de liderazgo y entrenamiento por parte del propietario. Esto es especialmente cierto en razas grandes y poderosas, como el Cane Corso, donde el entrenamiento de perros es esencial para evitar situaciones potencialmente peligrosas.

La Elección del Perro: Una Decisión Importante

Uno de los puntos clave que muchas personas no consideran adecuadamente es la elección del perro. Los perros no eligen a sus dueños; son los dueños quienes eligen a sus perros. Este es un aspecto fundamental que debe tenerse en cuenta al adquirir o adoptar un perro. Cada raza tiene características y necesidades específicas, y es crucial que el propietario sea consciente de ellas antes de tomar la decisión.

Por ejemplo, los Cane Corsos son perros leales, protectores y muy inteligentes, pero también son fuertes y necesitan un líder claro y consistente. Si una persona no está preparada para asumir el papel de líder, un perro como el Cane Corso puede desarrollar comportamientos problemáticos. En este sentido, es vital que los futuros propietarios se informen y se preparen antes de decidir qué tipo de perro llevarán a casa.

Entrenamiento de Perros: La Clave del Comportamiento Canino

El entrenamiento de perros es la herramienta más poderosa para garantizar que un perro se comporte de manera adecuada en cualquier situación. Sin embargo, este entrenamiento no es solo para el perro; también es para el propietario. Aquí es donde radica uno de los mayores desafíos: la falta de comprensión por parte de muchos dueños de la importancia de su papel en el entrenamiento.

La primera regla de cualquier adiestrador profesional es que la culpa nunca es del perro, sino del propietario. Esto puede parecer duro, pero es una verdad esencial que debe ser aceptada por cualquiera que desee tener un perro. Los perros actúan según su instinto y el entorno que les rodea. Si un perro muestra un mal comportamiento, es porque no ha sido enseñado de manera correcta cómo actuar en esa situación.

La Necesidad de Educación para los Propietarios

Dado que el comportamiento de un perro es un reflejo de su educación, es lógico que los exámenes y regulaciones deban estar más enfocados en los propietarios que en los perros. Sin embargo, muchas leyes actuales tienden a centrarse en el perro, especialmente en función de su raza, en lugar de evaluar la capacidad del propietario para manejar adecuadamente a su mascota.

Es frustrante ver cómo se implementan leyes sin tener en cuenta la realidad del entrenamiento de perros y la necesidad de educar a los propietarios. La situación descrita al inicio es un ejemplo claro de cómo la falta de responsabilidad y conocimiento por parte de un dueño puede llevar a problemas serios. Los propietarios deben ser el foco de la educación, ya que ellos son quienes tienen el poder de influir en el comportamiento de sus perros.

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El Papel de las Leyes y la Responsabilidad Política

En muchos casos, las leyes y regulaciones sobre perros parecen estar desconectadas de la realidad del entrenamiento y el manejo adecuado de los animales. Se introducen legislaciones que imponen restricciones basadas en la raza o el tamaño del perro, pero estas medidas no abordan el problema de raíz: la falta de educación y responsabilidad de los propietarios.

Como bien decía Winston Churchill, “la diferencia principal entre el humano y el resto de animales es que el resto de animales jamás permitiría que el miembro menos inteligente fuese el que liderase la manada”. Esta cita refleja una verdad incómoda: a menudo, los menos capacitados son los que toman decisiones que afectan a todos, incluidos nuestros compañeros caninos.

En lugar de crear leyes que castigan a los perros por su raza o comportamiento, deberíamos enfocarnos en educar a los propietarios y asegurarnos de que solo aquellos que estén verdaderamente preparados para manejar un perro lo hagan. Esto implicaría la implementación de programas de formación obligatorios para futuros dueños de perros, exámenes que evalúen su capacidad para ser líderes efectivos y la promoción de prácticas de entrenamiento positivas y consistentes.

La Relación entre Propietario y Perro: Más que Adiestrador, Psicólogo

Una de las realidades que enfrenta cualquier adiestrador de perros es que, a menudo, se encuentra trabajando más con los propietarios que con los propios perros. Los perros, por naturaleza, son animales sociales y adaptables; están dispuestos a aprender y seguir a un líder que sea claro y consistente. Sin embargo, cuando los propietarios no entienden su papel o no están dispuestos a comprometerse con el entrenamiento, los problemas de comportamiento son inevitables.

Es común que los adiestradores sientan que están actuando más como psicólogos que como entrenadores de perros. Este es un reflejo de la necesidad de una mayor educación y apoyo para los propietarios. No se trata solo de enseñar comandos básicos, sino de ayudar a los dueños a comprender la psicología de su perro y cómo su comportamiento afecta directamente el comportamiento de su mascota.

La Importancia de la Consistencia y el Refuerzo Positivo

Uno de los aspectos más importantes del entrenamiento de perros es la consistencia. Los perros necesitan saber qué se espera de ellos y cuáles son los límites. Esto solo se puede lograr a través de un entrenamiento consistente, donde las reglas y expectativas son claras y se aplican de manera coherente.

El refuerzo positivo es otra herramienta clave en el entrenamiento de perros. Premiar el buen comportamiento es mucho más efectivo que castigar el mal comportamiento. Los perros responden mejor cuando se les motiva con recompensas, ya sean golosinas, elogios o tiempo de juego. Este enfoque no solo mejora el comportamiento del perro, sino que también fortalece el vínculo entre el propietario y su mascota.

La Clave del Buen Comportamiento Está en el Propietario

El entrenamiento de perros no es una tarea sencilla, pero es esencial para garantizar una convivencia armoniosa entre el perro y su entorno. Los problemas de comportamiento en los perros no son el resultado de una “maldad” innata en el animal, sino de una falta de liderazgo y entrenamiento por parte del propietario.

Es hora de que como sociedad dejemos de culpar a los perros por comportamientos que son, en realidad, un reflejo de nuestra propia falta de preparación y responsabilidad. Los propietarios deben asumir su papel como líderes y educadores de sus mascotas, y las leyes y regulaciones deben enfocarse en garantizar que solo aquellos que estén verdaderamente capacitados para manejar un perro puedan hacerlo.

En resumen, la próxima vez que veas a un perro mal comportado, en lugar de culpar al animal, reflexiona sobre la responsabilidad del propietario y la importancia del entrenamiento. Y si eres un propietario de perro, recuerda que tienes en tus manos el poder de moldear el comportamiento de tu compañero canino, siempre con paciencia, consistencia y amor.

Un saludo a todos, y recuerden: el entrenamiento de perros comienza con la educación del propietario.