Si eres dueño de un perro, especialmente de un cachorro, probablemente has escuchado hablar de la tos de la perrera. Este término se refiere a una enfermedad respiratoria común en los perros, particularmente en lugares donde conviven muchos animales, como criaderos, refugios, perreras y exposiciones caninas. Aunque el nombre suene alarmante, con el tratamiento adecuado, la tos de la perrera es generalmente fácil de controlar. Sin embargo, puede ser preocupante ver a tu cachorro toser de manera persistente.

En este artículo, te compartiré mi experiencia personal lidiando con la tos de la perrera en mis cachorros. Recuerda que lo que te contaré es a partir de lo que viví, no soy veterinario, pero siempre he confiado en mi veterinario de cabecera y en otro especialista con un enfoque más natural. Juntos, me brindaron diferentes perspectivas sobre cómo abordar esta enfermedad.

¿Qué es la tos de la perrera?

La tos de la perrera, conocida médicamente como traqueobronquitis infecciosa canina, es una infección respiratoria altamente contagiosa que afecta principalmente las vías respiratorias superiores de los perros. Es similar a un resfriado humano en cuanto a los síntomas, pero en los perros puede llegar a ser más persistente y molesta.

Esta enfermedad se propaga principalmente a través de gotitas en el aire, pero también puede transmitirse al compartir comederos, bebederos y otros utensilios con perros infectados. Los cachorros, al tener sistemas inmunológicos más inmaduros, son especialmente vulnerables a contraerla.

Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Tos seca y persistente (a menudo descrita como si el perro tuviera algo atorado en la garganta).
  • Descarga nasal.
  • Estornudos.
  • Fiebre leve.
  • Pérdida de apetito o letargo en casos graves.

La tos puede durar entre 10 y 30 días, dependiendo del tratamiento y la gravedad de la infección.

Mi experiencia con la tos de la perrera

Cuando mis cachorros comenzaron a toser de manera alarmante, me preocupé mucho. Como cualquier dueño responsable, lo primero que hice fue llamar a mi veterinario de confianza. La tecnología ha avanzado tanto que ya ni siquiera es necesario llevar al perro inmediatamente al consultorio; ahora puedes hacer videollamadas y mostrarle al veterinario lo que le sucede a tu mascota en tiempo real.

Llamé a dos veterinarios: el que me ha atendido siempre y otro con un enfoque más natural. Ambos me dieron perspectivas diferentes, lo cual me ayudó mucho a decidir el mejor camino para mis cachorros.

  1. El enfoque tradicional
    Mi veterinario de toda la vida me recomendó un tratamiento basado en antibióticos y prednisona (un tipo de corticoide). Me explicó que los antibióticos eran necesarios para evitar que la infección se complicara y que la prednisona ayudaría a reducir la inflamación en las vías respiratorias.
  2. El enfoque natural
    Por otro lado, el veterinario más naturista me sugirió que comenzara con vitamina C y jarabes naturales para la tos y los mocos. Según él, los antibióticos debían ser el último recurso y la cortisona solo se usaría si el cachorro tenía problemas graves de respiración, ya que este medicamento puede bajar las defensas del perro.

Decidí probar ambos enfoques de manera controlada. Primero, comencé con la vitamina C y los jarabes naturales, ya que los síntomas de mis cachorros no parecían ser graves. Después de unos días, noté mejoría en la tos, aunque aún persistían los mocos.

¿Cuándo es imprescindible ir al veterinario?

Es fundamental que, si tu perro muestra signos de tos de la perrera, lo lleves al veterinario. Aunque a menudo no es una enfermedad grave, puede complicarse si no se trata adecuadamente, especialmente en cachorros o perros mayores. El veterinario podrá evaluar la gravedad del caso y determinar si es necesario utilizar antibióticos o corticoides, o si es suficiente con un tratamiento más suave.

Algo que aprendí en mi experiencia es que no todos los casos de tos de la perrera son iguales. Algunos perros pueden superarlo con reposo, vitaminas y jarabes naturales, mientras que otros necesitan un enfoque más agresivo.

Cómo prevenir la tos de la perrera

Aunque no siempre se puede evitar que tu perro entre en contacto con otros perros, hay algunas medidas preventivas que puedes tomar para reducir el riesgo de que tu cachorro contraiga la tos de la perrera:

  1. Vacunación
    Existe una vacuna que protege contra algunos de los virus y bacterias que causan la tos de la perrera. Esta vacuna no es infalible, pero puede reducir significativamente el riesgo de infección o, en caso de que tu perro se contagie, disminuir la gravedad de los síntomas.
  2. Evitar el contacto con perros enfermos
    Si sabes que en el parque o en tu vecindario hay perros con tos de la perrera, es mejor evitar que tu cachorro entre en contacto con ellos hasta que estén completamente recuperados.
  3. Higiene
    Al igual que con los humanos, mantener buenas prácticas de higiene es clave. Lava los platos de comida y agua de tu perro regularmente y asegúrate de que no comparta juguetes o utensilios con perros desconocidos.
  4. Refuerzo del sistema inmune
    Mantén a tu cachorro saludable con una dieta equilibrada, ejercicio regular y suplementos vitamínicos si es necesario. Un sistema inmunológico fuerte puede ayudar a que tu perro se recupere más rápidamente si contrae la enfermedad.

La importancia de ser constante en el tratamiento

Algo que descubrí durante este proceso es que la clave para superar la tos de la perrera es la constancia en el tratamiento. Como mencioné anteriormente, comencé con un enfoque natural, pero después de unos días, añadí los antibióticos recomendados por el primer veterinario para asegurarme de que mis cachorros no sufrieran complicaciones.

Es importante no saltarse ninguna dosis de los medicamentos o jarabes recomendados. La tos de la perrera puede ser persistente, y cualquier descuido en el tratamiento puede retrasar la recuperación. En mi caso, tras 15 días de tratamiento constante, mis cachorros ya no tenían síntomas y estaban completamente sanos. ¡Fue un alivio increíble verlos recuperados!

¿Qué hacer si la tos no mejora?

Si notas que, a pesar del tratamiento, los síntomas de tu cachorro no mejoran o empeoran (como dificultad para respirar, letargo extremo o fiebre alta), no dudes en contactar nuevamente al veterinario. En algunos casos, puede ser necesario cambiar el tratamiento o realizar pruebas adicionales para descartar otras enfermedades respiratorias.

La tos de la perrera es una enfermedad molesta y, en algunos casos, preocupante, pero con la atención veterinaria adecuada y un tratamiento constante, es completamente manejable. Mi recomendación, basada en mi experiencia, es que siempre confíes en los profesionales. No dudes en consultar a más de un veterinario si lo consideras necesario, ya que cada perro es diferente y puede responder mejor a un tratamiento u otro.

Recuerda, lo más importante es actuar rápidamente y ser constante con el tratamiento. Si te ha pasado algo similar, ¡comenta tu experiencia! Me encantaría saber cómo lo resolviste y si conocías estas alternativas. Nos vemos en el próximo artículo. ¡Saludos y cuida a tu cachorro!